La balsa de Caronte

La balsa de Caronte
José Benlliure. La barca de Caronte (1919). Valencia, Museo de Bellas Artes

sábado, 4 de octubre de 2014

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lunes, 29 de septiembre de 2014

Daniel Alejandro te envió una invitación

 
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viernes, 13 de junio de 2014

Extraño

un momento más

Tarde de verano

El mundo colmado de ruido.
Voces que desconozco
Invocando lenguas mal sanas.
Y yo marchito a la mala
Encarnandome cada vez mas
Con la tierra negra del campo santo.
Cayendo de tus manos
Emprendiendo la no deseada
Huida de entre tus dedos
Como el rocío de lluvia
En las tardes
de  esconder y morir
tardes en donde el hogar
Se vuelve refugio
Del gran relampago
Que apaga el llanto
Despidiendo el crimen
De entre los ríos de asfalto
Que arrastran la memoria
A esos rincones
Oscuros putrefactos
De la vieja maquina
De recuerdos y olvidos

martes, 26 de noviembre de 2013

Entre mis suspiros te sueño


El tiempo se consume, como el fuego al bosque, haciéndolo arder hasta que solo quedan cenizas, como el viento que seca las lágrimas en esas largas caminatas nocturnas, como la soledad que amenaza  con terminar con nuestras esperanzas y sueños. Muchas han sido las lunas que he mirado hasta quedarme dormido, muchas más las estrellas que he contado en el cielo, pero el día en que me enamore de ti, me sentí indefenso y desnudo, asombrado y temeroso. Mi piel, como el místico lagarto  que repta sobre la maleza, se transformó de una harapienta figura decorada de oxidadas máscaras, en una platina armadura de cristal digna del fiero guardián.
 Por eso 2 horas se diluyen en 120 minutos y éstos gotean despacito 7200 veces frente a nosotros, sin siquiera poder algo al respecto. La historia la conoces de pies a cabeza, de atrás hacia delante y viceversa. La he contado más de un millón de veces, conocemos cada situación, cada reacción, cada dialogo de este mítico relato; pero al final me doy cuenta que naufrago, intoxicado entre laberinticos caminos que transforman, esa nuestra historia, en un violento caudal carmesí de emociones y recuerdos, causa y efecto de este nuestro presente.

Las palabras no me sirven ahora, las escribo una y otra vez y más me confunden. Me hacen sentir incomodo e impotente. Por eso guardo silencio y te miro profundamente, por eso sonrió mientras mis ojos se humedecen.  Por eso mis manos, que ahora son tuyas,  se han trasformado en plumilla y tu piel en lienzo en donde cuento nuestras historias. Por eso, amor mío, si pones atención  te darás cuenta que mis caricias son versos escondidos en el silencio, mis miradas llenas de lágrimas son letanías que resguardan y embelesan nuestro caminar sobre este mundo. 

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Inesperado

Justamente en el momento en que estoy siendo devorado por el tiempo y la memoria de los hombres.

Escucho una voz que me llama, una voz que cada vez que la escucho, grito, lloro y rió ¿porque? No lo sé, pero me doy cuenta que esta acompañada de una sombra que cada instante que pasa va tomando forma.

Desearía poder huir de ese lugar o quizás saltar hacia ella y devorarla cual si fuera mi presa… pero mis piernas no responden, entonces me resigno y la enfrento.

Solo veo correr hacia mi una sombra con tanta furia  que pienso que estoy perdido, pienso que cuando está llegue acabara por destruirme, por desvanecerme en el tiempo. Pero mientras maquilo todo esto en mi mente abro los ojos y me doy cuenta que esta frente a mi y solo escucho mi corazón, pero ya no solo es el mío sino también el de aquella sombra.


De pronto una lagrima  resbala por mi mejilla y la sombra extiende la mano, alzo la vista y entonces…

Inevitable soledad

Las sombras opacan mi corazón,
aquel que en tiempos lejanos se encontraba lleno de gozo.
Ahora la alegría escapa de mí en forma de ensordecedores y aterradores gritos.
En mi, solo queda desesperanza y locura.

Tumbado a la orilla del tiempo, mis ojos se llenan de infinitos recuerdos que aterrorizan y enloquecen mi alma, recuerdo… recuerdo la vida de un enano místico, pero solo son recuerdos, recuerdos vagos y lejanos.

Sentado a la orilla del abismo, las sombras me abrazan y carcomen.
Después de todo lloro. Lloro mil lagrimas que resbalan por los mares de mis ojos.


Y el abismo me traga a través del tiempo y el espacio como si jamás hubiese existido.