I
Vamos monstruo de mil rostros
aparece ante mí,
ante el hombre de la sonrisa enmascarada,
reptando como el gusano de Dios
dejando ese vestigio tras de ti,
ufano recordatorio de tu existencia.
Devora esa figura inmaculada
con tu fétido aliento,
el mismo que vuelve locos a los poetas
y seduce a las mujeres,
déjame ver a través de tu ojos
llenos de contradicción,
y encontrar aquellos puentes
que jamás nadie construyo
esos que se pierden en la infinitud del espacio,
como tejiendo un laberinto a mundos inexistentes.
Bellos paisajes de irrealidad,
Pronunciados por las voces silenciadas
en muros acojinados,
desvaneciéndose entre los viejos y fríos pasillos
de los psiquiátricos, lugares llenos de historia
mitos y poesía.