Las
sombras opacan mi corazón,
aquel
que en tiempos lejanos se encontraba lleno de gozo.
Ahora
la alegría escapa de mí en forma de ensordecedores y aterradores gritos.
En
mi, solo queda desesperanza y locura.
Tumbado
a la orilla del tiempo, mis ojos se llenan de infinitos recuerdos que
aterrorizan y enloquecen mi alma, recuerdo… recuerdo la vida de un enano
místico, pero solo son recuerdos, recuerdos vagos y lejanos.
Sentado
a la orilla del abismo, las sombras me abrazan y carcomen.
Después
de todo lloro. Lloro mil lagrimas que resbalan por los mares de mis ojos.
Y
el abismo me traga a través del tiempo y el espacio como si jamás hubiese
existido.
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