La balsa de Caronte

La balsa de Caronte
José Benlliure. La barca de Caronte (1919). Valencia, Museo de Bellas Artes

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Inevitable soledad

Las sombras opacan mi corazón,
aquel que en tiempos lejanos se encontraba lleno de gozo.
Ahora la alegría escapa de mí en forma de ensordecedores y aterradores gritos.
En mi, solo queda desesperanza y locura.

Tumbado a la orilla del tiempo, mis ojos se llenan de infinitos recuerdos que aterrorizan y enloquecen mi alma, recuerdo… recuerdo la vida de un enano místico, pero solo son recuerdos, recuerdos vagos y lejanos.

Sentado a la orilla del abismo, las sombras me abrazan y carcomen.
Después de todo lloro. Lloro mil lagrimas que resbalan por los mares de mis ojos.


Y el abismo me traga a través del tiempo y el espacio como si jamás hubiese existido. 

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