Tratando
de conseguir el exterminio
del mal en el mundo,
un
grupo de dulces damas
danza alrededor de un árbol viejo,
entonando
tétricos cantos
ellas
ríen, gritan y lloran
mientras
el pueblo entero
Presencia
el acto divino
El
árbol es feo y viejo
Jamás
ha brotado de él una flor bella,
De
éste, solo brotan gusanos e infinitas plagas
Su
piel lleva los fantasmas del pueblo,
Fantasmas que ahora ya no importan.
Ahora
el comienzo del fin,
Acercan una luz calida hacia el árbol,
Este inmóvil y tranquilo
Contempla
su muerte,
Y entonces todo comienza…
Y los fantasmas se transforman
En una
oscura y monstruosa nube
Que se eleva
al cielo
Para
avisar que el mandato se ha cumplido
Entonces
el árbol cae y se quiebra en mil pedazos
Las lágrimas comienzan a brotar,
Por la ausencia de los fantasmas,
Ahora ya no hay recuerdos
Solo
quedan cenizas…
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